Elévate por encima de la codependencia y se fiel a ti misma.

Elévate por encima de la codependencia y se fiel a ti misma.

Estoy emocionada de que hayas decidido caminar conmigo a través de tu viaje de auto-descubrimiento, tu sendero de amor propio y tu transformación. Estaré sosteniendo tu mano a lo largo de este trayecto para recordarte que importas y vales sólo porque existes, y eres digna de comprometerte con este proceso para ser libre y feliz.

A medida que comencemos este viaje juntas, aprenderás nuevas habilidades para enfrentarte a diferentes situaciones. También experimentarás cambios a medida que te enfoques en tu propia recuperación y en tus objetivos de vivir una vida alegre y más satisfactoria. Enfoque, compromiso y acción son claves para este camino de cambios y crecimiento emocional.

Espero que esta senda de sanación te lleve al maravilloso estado de ser tú misma, de ser real y ser libre. Sé que puedes hacerlo.

Ahora, ¡comencemos!

Es importante entender que la loca montaña rusa en la que has estado montada toda tu vida comenzó con tus primeras relaciones dentro del entorno de tu infancia - la relación con tus padres y hermanos, así como aquellas relaciones que formaste en la escuela y la sociedad. A veces, es difícil hablar de esto porque no quieres culpar a los demás. Sin embargo, en mi propia experiencia, yo fui incapaz de sanar hasta que me di cuenta de lo que pasó y comprendí que no fue mi culpa. Entonces, asumí la responsabilidad de mi recuperación y mi vida. No nací codependiente, me hicieron codependiente.

Crecí con violencia doméstica en el hogar. Desde que tengo memoria - tal vez alrededor de los cuatro o cinco años de edad - Recuerdo ser la pacificadora; yo era la mediadora. Mi madre tomaba medicamentos prescritos, y mis dos padres eran alcohólicos. Aunque mi familia era cariñosa, también eran disfuncionales y emocionalmente ausentes.

El recuerdo de infancia más crucial y relevante que tengo es cuando tenía unos seis u ocho años. Recuerdo haber estado frente al espejo, sosteniendo una muñeca, llorando y pidiendo a Dios que me llevara con él si mis padres no iban a parar de pelear y hacerse daño. En ese momento, me sentí increíblemente sola, asustada, confundida y ansiosa; tuve que aprender a criarme y a proteger a mi madre o ambas moriríamos. Así es como se sentía... haz o muere.

Parecía que estaba sola en este mundo, como si mi destino fuera convertirme en una alcohólica, una drogadicta, y una víctima de abuso y violencia doméstica. Esos comportamientos me fueron enseñados y modelados. Como mujer adulta era normal estar en relaciones caóticas, así que imité y atraje a hombres disfuncionales y abusivos como mi padre. Me sentía avergonzada porque realmente sentí que yo era el problema. No sólo me sentí como si no me quisieran porque mis padres no me veían ni afirmaban emocionalmente, pero también estaba siendo rechazada y abandonada por otros. Debido a que mis padres no podían verme emocionalmente porque ellos no se podían ver a ellos mismos, yo me sentí emocionalmente abandonada; como resultado, viví toda mi vida abandonándome a mí misma.

Si hay una emoción clara que recuerdo de mi infancia, tendría que ser la vergüenza. La vergüenza controlaba la mayoría de mi vida. Mi doloroso patrón de codependencia, de atracción y relación con los narcisistas nació de estas experiencias de mi infancia porque crecí sintiéndome avergonzada.

Desde entonces, la misión de mi vida ha sido superar la vergüenza y ayudar a otros a superar su vergüenza, también. A través de mi recuperación de la codependencia, tuve que dejar ir muchas cosas, incluyendo el miedo, la culpa, personas y relaciones tóxicas. Después de trabajar y sanar las heridas de mi infancia, me he convertido en una mujer diferente - una mujer que casi nadie reconoce.

Me di cuenta que era autosuficiente, y finalmente conseguí tener mi vida bajo control. En el proceso, descubrí lo increíble que puede ser no sentir la necesidad de depender de alguien más para sentirse vista, validada y amada. Aprendí a verme a mí misma. Descubrí que no necesitaba buscar la aprobación de otros. 

"Y, aprendí a amarme a mí misma. En verdad, lo más increíble que aprendí fue enamorarme de esa niña que siempre se sintió muy sola."

Ahora, siento una sensación satisfactoria de mí misma, Me siento completa, y no dependo de nada ni nadie para ser feliz. Finalmente estoy viviendo una vida con propósito, y sé que todos los oscuros acontecimientos de mi pasado han contribuido a quien soy hoy. Necesitaba experimentar todas esas situaciones y experiencias para poder compartir y enseñar a otros lo increíble que es sanar, ascender de la codependencia y vivir una nueva vida plena.

Ya no siento vergüenza, y no siento la necesidad de buscar la aprobación o validación de otros. En cambio, estoy dispuesta a defender mis convicciones. Ya no soy la víctima, por lo contrario, soy responsable y tengo absoluta confianza en mí misma.

Mis relaciones - o las pocas relaciones que he elegido mantener - están llenas de amor y respeto. Yo he aprendido que vivir con simplicidad es vivir con libertad, y que si tienes fe mientras tomas acción, tu éxito está garantizado.

Sé que soy resiliente y fuerte. Yo toqué un fondo profundo y me levanté. Me retorcí como una palmera bajo vientos huracanados y no me rompí.

No importa tu edad, raza o antecedentes. La FELICIDAD y vivir una VIDA ABUNDANTE son posibles cuando te recuperas de la CODEPENDENCIA y el ABUSO NARCISISTA.

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Estás lista para encontrar la libertad y el poder para ser ?

¡Estoy lista!