Clinging to the Opinions & Approval of Others
Apr 18, 2021There’s no problem in wanting or expecting certain outcomes in life – as long as you don’t cling to these expectations and can let go of anything anytime.
Unfortunately, some people cling to validation, affirmation and approval from others. Similarly, many people cling to and desperately seek validation. As a result, they often worry too much about others’ opinions; they bend over backward to be liked, seen and approved. Sometimes, it even feels like we’re still living in the Stone Age – a time when our survival was threatened, and acceptance from the tribe was a matter of life or death.
Granted, it is nice when people have a positive opinion of you; it certainly can have its advantages and be quite satisfying. But, when you cling to that approval and desperately want people to like you, it can significantly disrupt and interfere with your peace and joy. More precisely, it can feel as though your life depends on other people’s opinions of you when, at the end of the day, the opinions of other people are beyond your control. What is in your control, though, is the degree to which those opinions affect you.
Fortunately, you can skillfully become aware of and stop clinging to outcomes and ideas of what people’s opinions of you should be.
Consider for a moment what happens when we try to control something outside of ourselves – we lose every time. Likewise, when we try to change our present,; or when we ruminate on what we wanted our past to be; or when we cling to what we want our future to look be like or how it “should be,” we create energetic friction. And, the more we resist, the more life will hurt.
People are people, and it’s in their nature not to behave as we wish at all times. So, accepting that people don’t always act the way we want is the price we pay for peace and happiness. It’s about understanding that there will always be someone offending or upsetting someone else; even so, this is not a reason to give up on humanity. Moreover, the idea of an inoffensive world is unrealistic, and imposing this idea does more harm than good.
Instead, a more realistic approach would be to start by being kinder to yourself – which is something you have control over. Even if others don’t follow your example, don’t worry – that’s not up to you and you can’t demand that things happen just as you wish. Rather, make peace with the fact that you can’t control other people. You can only control your attitude toward others.
For example, someone might insult you, but you control what you think of or feel about it. Someone might take away or steal from you, but you control whether you become depressed about it. Your partner might cheat on you, but it’s up to you to determine how it affects you. People’s actions, non-actions, words and thoughts are out of your control.
If you cling to what their opinion of you should be, you’ll lose.
Alternatively, if you remain open-hearted, accept whatever their opinion of you is, and focus on yourself and how you process others’ reactions despite the outcome – you will win. Your power lies in controlling what you think and feel while interacting with others; your power lies in detaching from others’ opinions of you. Your power lies in understanding that you are the only one who can determine your own worth. Your power lies in not resisting others’ opinions or behaviors, but in allowing everyone and everything to flow and be as they are.
Observe your thoughts, observe others, and stay in the flow of non-resistance and abundance. At the same time, stay away from defensiveness – even when you think the other person is unjustly implying or assuming something that you disagree with. Instead, be kind to yourself and breathe. And, never forget: You can always remove yourself from uncomfortable situations and keep disrespectful, toxic people at a distance.
Are you clinging to others’ opinions of you to feel worthy? What are you resisting today?
With love,
Alejandra
Aferrarse a las opiniones y la aprobación de los demás
No hay problema en querer o esperar ciertos resultados en la vida, siempre y cuando no nos aferramos a estas expectativas y podamos soltar cualquier cosa en cualquier momento.
Algunas de las cosas a las que hoy en día la mayoría de las personas se aferran son la validación, la afirmación y la aprobación de los demás.
Muchas personas se aferran y buscan desesperadamente validación y se preocupan demasiado por las opiniones de los demás.
Hacen todo lo posible para agradar, ser tomados en cuenta o buscan aprobación de otros.
Se siente como si todavía viviéramos en tribus indígenas, en donde nuestra supervivencia está amenazada si no perteneciamos a la tribu y la aceptación de la tribu era una cuestión de vida o muerte.
Es agradable cuando la gente tiene una opinión positiva de nosotros, incluso tiene sus ventajas y puede ser muy satisfactorio, PERO cuando te aferras a eso y desesperadamente quieres agradarle a la gente, esto realmente interrumpe e interfiere con tu paz y alegría.
Puede parecer que tu vida depende de las opiniones de los demás, cuando al final del día las opiniones de otras personas están fuera de nuestro control. Es el grado en que nos afectan las opiniones de otros lo que está bajo nuestro control.
Por lo tanto, debes comprender que puedes tomar conciencia hábilmente y dejar de aferrarte a los resultados u opiniones que la gente “debe” tener sobre ti.
Cuando intentamos controlar cualquier cosa fuera de nosotros, perdemos el tiempo. Cuando tratamos de cambiar nuestro presente, cuando intentamos cambiar nuestro pasado o queremos controlar rígidamente nuestro futuro, estamos creando una fricción energética y cuanto más nos resistimos, más nos dolerá la vida.
Las personas son como son, y la naturaleza del ser humano no es siempre comportarse como deseamos.
Entonces, la ACEPTACIÓN de que la gente no siempre actúe como nos plazca es el precio que pagamos por la paz y la felicidad.
Se trata de comprender que siempre habrá alguien que ofenda o moleste a otra persona, pero no por eso debemos renunciar a nuestra humanidad.
Entonces, la idea de un mundo inofensivo en el que están involucrados los humanos no es realista, e imponer esta idea hace más daño que bien.
Un enfoque más realista sería comenzar siendo más amables con nosotros mismos, que es algo sobre lo que tenemos control aunque otros no sigan nuestro ejemplo, pero eso no depende de nosotros y no podemos exigir que las cosas sucedan como deseamos.
Necesitamos hacer las paces con el hecho de que no podemos controlar a otras personas, pero podemos controlar nuestra actitud hacia los demás.
Alguien puede insultarte y puedes controlar lo que piensas o sientes al respecto. Alguien puede quitarte o robarte, y tú puedes controlar si te deprimes o no por ello.
Tu esposo o esposa puede engañarte, pero depende de ti hasta qué punto esto te afecta.
Las acciones, no acciones, palabras y pensamientos de las personas están fuera de nuestro control.
Si, no obstante, si nos aferramos a lo que debería ser su opinión sobre nosotros, perderemos.
En cambio, si mantenemos el corazón abierto, aceptamos cualquiera sea su opinión sobre nosotros, nos enfocamos en nosotros mismos y en cómo procesamos las reacciones de los demás, ganaremos.
Tu poder radica en controlar lo que TÚ piensas y sientes mientras interactúas con los demás, tu poder radica en desapegarte de las opiniones de los demás. Tu poder radica en comprender que eres el único que debe determinar tu propio valor. Tu poder no reside en resistir las opiniones o comportamientos de los demás, sino en permitir que todo y todos fluyan en el presente.
Trata de observar tus pensamientos, observa a los demás y manténte en el flujo de la no resistencia y la abundancia y lejos de la defensiva, incluso cuando creas que están insinuando o asumiendo injustamente algo con lo que no estás de acuerdo.
Sé amable contigo mismo y RESPIRA.
¿Te aferras a las opiniones que otros tienen sobre ti para sentirte digno?
¿A qué te resistes hoy?
Con amor,
Alejandra
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